En la actualidad existe una amplia gama de posibilidades para la adquisición de ciertos bienes que requieren financiación, de tal manera que surge la facilidad diferentes productos financieros, como es el caso del contrato de leasing. La naturaleza del contrato de leasing es de un contrato atípico, en el cual, una persona solicita un crédito para la adquisición de ciertos bienes, sin embargo, los bienes pasan a ser de propiedad del deudor una vez se haya cumplido con el pago de las cuotas pactadas. Mientras tanto la propiedad del bien y/o activos reposa a favor del banco que otorgó el préstamo y será de usuario del leasing una vez efectúe el pago total y haga uso de la opción de compra, previo cumplimiento de requisitos contractuales y legales.
Dentro del contrato de leasing existen dos modalidades que por su nombre tienden a confundirse, sin embargo, tienen una gran diferencia, pues por un lado el leasing habitacional es un producto financiero destinado para las personas que tengan capacidad de endeudamiento para la adquisición de una vivienda; el contrato de leasing inmobiliario por otro lado, funge para apalancar financieramente los proyectos de construcción, lo cual supone que se espera un bien futuro, como es las unidades residenciales que puedan resultar del proyecto.
No obstante lo anterior, es necesario tener debidamente identificado el proyecto o intención a futuro para poder determinar que producto financiero resulta aplicable, pues de esta decisión dependen consecuencias jurídicas a posterioridad y la posibilidad o no de poder cumplir con las obligaciones como deudor de las entidades financieras.
DANIEL MOLINA MUÑOZ
Asesor Jurídico Empresarial.
