Podemos determinar que la decisión de la trabajadora es totalmente valida y se encuentra ajustada a derecho; conforme a la sentencia T -1097 de 2012 de la Sala Novena de Revisión de la Corte Constitucional, la trabajadora puede desistir a su estabilidad laboral reforzada y renunciar a su empleo; dicha renuncia será válida siempre y cuando medie la espontaneidad de la persona y que se encuentre libre de coacción.
“El ordenamiento constitucional ha establecido una especial protección a las madres gestantes debido a la situación especial de vulnerabilidad que se encuentran ellas y sus hijos. Una de las manifestaciones de esta salvaguarda es la estabilidad laboral reforzada que permite a las madres mantenerse en sus empleos. De esta manera, el legislador y la jurisprudencia han establecido para los patronos la prohibición de desvincular de sus labores a las mujeres en estado de gravidez sin justa causa y sin la autorización del Ministerio del Trabajo. En los eventos en que se transgrede dicha proscripción las interesadas pueden acudir a la acción de tutela con el fin de solicitar el amparo a su derecho a la estabilidad laboral reforzada, siempre que cumplan con los requisitos señalados por la jurisprudencia. Adicionalmente, esta protección se halla garantizada en todos los vínculos jurídicos, incluido el contrato de prestación de servicios ya sea público o privado.”
Así las cosas, el juez constitucional entra a evaluar una renuncia de una persona que se encuentra bajo la estabilidad laboral reforzada, en este caso madre lactante si se prueba que se aplicó coacción por parte del empleador; los casos de madres que deciden renunciar en este periodo suelen ser comunes, debido a que consideran necesario quedar a cargo de su menor hijo y por ello, deciden renunciar en este periodo, pero como empleador se puede estar tranquilo siempre y cuando la renuncia sea espontánea y libre de coacción, de acuerdo a esto, puede ser aceptada.
Dr. Alejandra Rodríguez Espinosa
