Previo al desarrollo del tema planteado, será menester recordar de manera breve la definición de lo que es un contrato internacional:
“Los contratos internacionales son acuerdos legalmente vinculantes entre partes con sede en diferentes países y, por tanto, sometidas a diferentes ordenamientos jurídicos. Los contratos internacionales recogen por escrito los principales términos del acuerdo, para cubrir los aspectos más importantes de la relación.” Retos en Supply Chain (2021)
Al referirnos a este principio, se tendrá que indicar que obtuvo su origen tal y como lo conocemos alrededor del siglo XIX, con el inicio del positivismo jurídico en los países europeos, los cuales ya comenzaban la ardua tarea de regular la relaciones entre comerciantes. Durante este periodo se realizaron críticas a la libertad contractual que existía, ya que esta generó graves injusticias siempre hacia la parte más débil de la relación contractual, lo cual llevo a la evolución de este principio, a brindar una protección contractual mayor a la parte más débil, sin perjuicio alguno de someter la libertad contractual, como quiera que con la corriente positivista se fijaron unos parámetros mínimos que deberán de cumplir las partes de un contrato, así como en la etapa precontractual, esto con el fin de que se lleve a cabo de manera exitosa el negocio jurídico y que sea efectivo para ambas partes.
Entendiendo lo anterior, se traduce en acto que refleja la costumbre mercantil, siendo uno de los pilares de esta rama del derecho, un factor que no es ajeno a la materia internacional ni a la legislación interna, así nos lo deja saber el artículo 5 del Código de Comercio.
Artículo 5. Aplicación de la costumbre mercantil: Las costumbres mercantiles servirán, además, para determinar el sentido de las palabras o frases técnicas del comercio y para interpretar los actos y convenios mercantiles.