Los vehículos usados pueden venderse sin garantía, siempre y cuando se establezca claramente por escrito. Al momento de realizar la venta, es importante informar al comprador sobre la falta de garantía y obtener su aceptación por escrito. De lo contrario, según lo establecido en el artículo 8, se entenderá que el vehículo cuenta con una garantía de 3 meses a partir de la entrega, donde el proveedor o vendedor es responsable de la calidad, idoneidad, seguridad y buen estado del vehículo.
Por lo tanto, al adquirir un vehículo, ya sea nuevo o usado, es crucial tener en cuenta lo mencionado anteriormente. El proveedor siempre debe indicar si existe una garantía para proteger los intereses del consumidor. Mientras la garantía esté vigente, el consumidor tiene derecho a hacer valerla.
En primer lugar, se recomienda verificar si el vehículo puede ser reparado. Si cumple con los requisitos de garantía, el vendedor o proveedor debe realizar la reparación de forma gratuita. Si la reparación no es posible o si la falla persiste, el consumidor puede solicitar al proveedor la devolución total o parcial del precio pagado, o incluso el cambio por un vehículo similar del mismo tipo. En caso de que el proveedor no cumpla con estas solicitudes, el consumidor puede presentar una queja ante la Superintendencia de Industria y Comercio. Sin embargo, es necesario presentar una reclamación directa ante el proveedor o vendedor del vehículo antes de recurrir a la Superintendencia de Industria y Comercio.