Cuando un empleador necesita contratar trabajadores para llevar a cabo una actividad económica, es fundamental definir claramente el cargo y las responsabilidades que se deben cumplir. Esto permite establecer una relación laboral con personas que posean las capacidades, habilidades y requisitos necesarios para desempeñar dicho rol.
Sin embargo, no es suficiente con conocer simplemente el nombre del cargo y proporcionar instrucciones al trabajador durante el desarrollo de la relación laboral. Es recomendable que los empleadores definan de manera precisa las expectativas objetivas relacionadas con el cargo específico y las tareas asociadas al mismo.
En la práctica, las instrucciones de la empresa sobre proyectos y procesos internos son fundamentales para que el trabajador pueda desempeñar sus funciones. No obstante, desde el inicio del vínculo laboral, es importante establecer claramente dos aspectos: i) el perfil del cargo y ii) el manual de funciones correspondiente.
Estos documentos, junto con la evidencia de que fueron comunicados al trabajador, permiten al empleador tener un respaldo que demuestra que el empleado fue informado y capacitado sobre su rol, sus responsabilidades y los procedimientos que debe seguir. Esto proporciona a la empresa un respaldo claro y válido para futuras revisiones, seguimiento del desempeño, evaluaciones del cargo e incluso en casos de procesos disciplinarios y aplicación de sanciones, incluida una terminación justificada.
Por lo tanto, es fundamental entender que esta documentación no solo es un requisito al inicio de la relación laboral o en caso de modificaciones en el cargo, sino que también constituye una fuente escrita y documental de gran importancia para la empresa, especialmente al momento de exigir el cumplimiento de las funciones por parte del trabajador.