Mediante la Ley 1480 del año 2011, se expidió el Estatuto del Consumidor, el cual tiene como objeto proteger, promover y garantizar la efectividad y el libre ejercicio de los derechos de los consumidores. Este estatuto cuenta con disposiciones que favorecen a los consumidores para que puedan ejercer sus derechos. La Superintendencia de Industria y Comercio es la entidad encargada de salvaguardar estos derechos y de proteger la libre y sana competencia. Esta entidad también defiende los derechos fundamentales relacionados con el correcto uso y administración de datos personales.
Así las cosas, los consumidores tienen derecho a recibir el producto de conformidad con las condiciones que establece la garantía legal. Esto significa que el producto debe recibirse en condiciones óptimas. También tienen derecho a recibir información veraz, completa, transparente y oportuna respecto del servicio o producto ofrecido. Deben tener conocimiento sobre los riesgos que puedan derivarse de su consumo o utilización, gozando de especial protección contra publicidad engañosa. Además, tienen derecho a reclamar directamente ante el productor, proveedor o prestador y, por ende, a obtener reparación integral, oportuna y adecuada de los daños ocasionados. Para ello, tienen acceso a autoridades judiciales o administrativas. Los consumidores también pueden ser protegidos de cláusulas abusivas estipuladas en los contratos de adhesión. Finalmente, tienen derecho a elegir libremente los bienes y servicios que requieran, bienes que se ajusten a sus necesidades propias.
No obstante, los consumidores no solo cuentan con derechos, sino que también deben cumplir una serie de obligaciones, las cuales son: informarse acerca de la calidad de los productos, así como de aquellas instrucciones que proporcione el proveedor o el productor en relación con su adecuado uso o consumo; y actuar de buena fe frente a los productores y proveedores.