De acuerdo con lo establecido en el Código Sustantivo del Trabajo, el despido por justa causa es un procedimiento que puede aplicarse dentro de la relación laboral entre la empresa y el trabajador. Antes de proceder con la terminación del contrato, se debe agotar el procedimiento disciplinario correspondiente, apoyado en las pruebas que tenga la empresa para sustentar el incumplimiento de las funciones u obligaciones del colaborador. Sin embargo, en este caso específico, es necesario demostrar que el trabajador no cumplió con las políticas definidas por la empresa, tales como el programa de prevención del consumo de alcohol, sustancias psicoactivas, tabaquismo y otros tipos de adicciones que afectan la salud mental.
La Corte Suprema de Justicia, mediante la sentencia SL771 del 13 de marzo de 2024, estudió el caso de una empresa minera que despidió a un trabajador que conducía un camión de explosivos. La terminación del contrato se efectuó debido a que el trabajador presentaba altos niveles de marihuana en su organismo, lo cual fue determinado tras la recolección de muestras y el correspondiente análisis de los resultados. Después de agotar el proceso disciplinario laboral, la compañía decidió terminar el contrato con justa causa, argumentando que el trabajador se presentó bajo la influencia de sustancias prohibidas según el contrato laboral, el reglamento interno y la política de alcohol y drogas.
No obstante, la Corte Suprema indicó que el despido era injustificado, ya que la empresa debió presentar una argumentación precisa sobre los riesgos potenciales que el consumo de marihuana generaba. La Corte concluyó que el consumo de marihuana, por sí solo, no es sancionable laboralmente, a menos que afecte negativamente el desempeño de las funciones o genere riesgos concretos en el entorno laboral. Por lo tanto, es necesario que el empleador considere inicialmente el consumo de marihuana como un problema de salud, lo que implica que la empresa debe ofrecer al trabajador acompañamiento por parte de la ARL para su rehabilitación, antes de ejercer cualquier medida disciplinaria.