En el ámbito empresarial y en el mercado de capitales, las acciones representan la división del capital de una empresa y otorgan a los accionistas una participación en la propiedad de la misma. Esto les confiere el derecho a recibir ganancias ya acceder a los activos de la compañía. Además, las acciones son títulos valores, lo que les permite ser negociadas y transferidas libremente, otorgando a sus propietarios ciertos derechos y prerrogativas dentro de la sociedad.
El legislador ha reconocido la naturaleza de título valor de las acciones, lo que permite su libre negociación y transferencia. De acuerdo con el artículo 377 del Código de Comercio, las acciones pueden ser nominativas o al portador. Sin embargo, en el caso de sociedades por acciones, estas deben representarse exclusivamente mediante acciones nominativas, lo que implica que se emiten un nombre de un titular para garantizar su operatividad y cumplimiento estatutario.
Enajenación y registro
La enajenación de acciones puede realizarse mediante un acuerdo entre las partes. Una vez transferida, la acción debe inscribirse en el libro de registro de accionistas mediante una orden escrita del enajenante, la cual puede expresarse a través de un endoso sobre el título respectivo, según lo estipulado en el artículo 406 del Código de Comercio.
No obstante, si los estatutos de la empresa contemplan un derecho de preferencia en la negociación de acciones, este impone una restricción. En tal caso, las acciones deben ofrecerse primero a los demás accionistas antes de negociarlas con terceros.
Acciones al portador
Por otro lado, las acciones al portador no están registradas a nombre de una persona específica dentro de los estatutos. Esto significa que pueden ser vendidas simplemente entregando el título, sin necesidad de endosarlas ni inscribirlas en un registro, ya que la propiedad se transfiere por la simple posesión del documento.
