En las familias se generan una serie de obligaciones económicas las cuales deben ser distribuidas entre los cónyuges, motivo por el cual, cuando deciden separarse debe definir cómo se van a repartir los gastos para la alimentación, educación, recreación y salud, entre otros aspectos, de los hijos que tienen en común.
En este aspecto lo más recomendable es empezar, intentando por un acuerdo entre las partes el cual puede ser directamente entre los implicados o mediante tramite de conciliación la cual se puede solicitar al comisario de familia, en centros de conciliación, notarias conciliador en equidad o defensor del pueblo, esto con el fin de fijar la respectiva cuota y las obligaciones que tendrá cada una de las partes, en este orden de ideas cabe precisar que si no se llega a un acuerdo entre las partes la respectiva autoridad a la que acudieron puede fijar la respectiva cuota y obligaciones pertinentes.
En concordancia con lo anterior, es necesario resaltar que si no es posible llegar a un acuerdo se deberá acudir ante un juez de familia mediante un proceso de fijación de cuota alimentaria y su valor, dependiendo del salario del obligado, no podrá exceder 50 % de los ingresos de la persona, y este debe ser distribuido entre el número de hijos a cargo. Así mismo es pertinente indicar que la responsabilidad con los hijos es de los padres y estos deberán responder según sus ingresos.
