La fiducia es un negocio jurídico que tiene como objetivo transferir bienes a otra persona para que los administre o enajene, cumpliendo una condición determinada establecida por quien constituye la fiducia en beneficio de un tercero. Para comprender adecuadamente la fiducia, es importante tener en cuenta las siguientes características:
- La constitución de este tipo de negocio jurídico debe realizarse entre personas vivas y debe ser documentado en una escritura pública, la cual se registrará según la naturaleza del bien.
- La fiducia tiene una finalidad específica y es un negocio remunerado cuya remuneración se determina de acuerdo con la regulación de la Superintendencia Bancaria.
- El beneficiario de la fiducia puede ser un tercero o incluso la persona que constituye el negocio jurídico, es decir, el fideicomitente.
Estas características son algunas de las generalidades que permiten comprender la finalidad de la fiducia. Sin embargo, también es importante tener en cuenta otros aspectos relacionados con los beneficiarios, las responsabilidades de cada parte involucrada y los deberes correspondientes. Además, que existen diferentes tipos de fiducia, cada uno con características específicas para su correcta ejecución. Por lo tanto, al momento de suscribir una fiducia, se recomienda determinar el tipo que se utilizará en cada acto jurídico. Estos tipos de fiducia pueden dividirse en fiducia mercantil, fiducia civil y otras categorías que deben cumplir con ciertos requisitos para cumplir con la normativa establecida en el Código de Comercio y por la Superintendencia Financiera.