Las patentes son un conjunto de derechos exclusivos otorgados por el Estado al inventor como reconocimiento del esfuerzo realizado para crear o desarrollar elementos que aportan beneficios a la humanidad.
En este sentido, patentar un invento otorga el beneficio de explotar exclusivamente, por un tiempo determinado, la solución técnica que se logró, de acuerdo con la Decisión 486 de 2000 de la Comisión de la Comunidad Andina.
Para obtener el derecho a la protección por patente, una invención debe reunir los siguientes requisitos:
- Novedad: Se entiende que una invención es nueva cuando no está comprendida en el estado de la técnica, es decir, que no existe a nivel mundial.
- Nivel Inventivo: Significa que la invención no debe deducirse del estado de la técnica de forma obvia o evidente para un experto en la materia, es decir, que no sea un desarrollo obvio para alguien experto en la materia que trata el invento.
- Aplicación industrial: Hace referencia a que la invención puede ser fabricada o utilizada en cualquier tipo de industria, es decir, que debe tener una aplicación industrial.
Teniendo en cuenta lo anterior, se pueden registrar patentes siguiendo algunos pasos, como identificar qué se puede y qué no se puede patentar, cumplir con los requisitos de patentabilidad antes mencionados, consultar el estado de la técnica, elaborar el documento de la patente y presentar la solicitud formalmente a la Superintendencia de Industria y Comercio. No se debe olvidar la importancia de realizar un seguimiento oportuno a dicho trámite.
