De acuerdo con el marco legal y la protección de datos confidenciales que utilizan las empresas, surge la necesidad de crear un documento que proteja a la compañía, garantizando la seguridad de la información sensible o de gran relevancia para las partes. Por ello, se debe indicar que un acuerdo de confidencialidad es un documento que vincula de manera legal a las partes. Su principal obligación es que, por ningún motivo, las partes podrán divulgar información que tenga carácter confidencial, como secretos comerciales, información técnica, sistemas de computación, entre otros. Por ello, es indispensable que en el contenido del acuerdo se especifique que la información privada o sensible a la que se tenga acceso no debe ser puesta en conocimiento o a disposición de ninguna parte, relacionada o no, sin el consentimiento previo.
Este acuerdo de confidencialidad se enmarca dentro de la ley de protección de datos. Por tal motivo, se debe generar la implementación y elaboración de una política de protección de datos. Así, cuando se inicia un vínculo laboral, es importante tener en cuenta que este acuerdo debe ser suscrito para proteger toda esa información sensible y garantizar que el trabajador no pueda divulgarla. Si lo hace, se podrían generar situaciones de competencia desleal y hasta de carácter penal por el incumplimiento del contrato, lo cual implicaría que un trabajador activo sea sometido al correspondiente procedimiento disciplinario sancionatorio.
Para finalizar, si el trabajador incumple el acuerdo de confidencialidad, se debe llevar a cabo el correspondiente procedimiento disciplinario, el cual acarreará sanciones si se prueba dicho incumplimiento. Incluso, puede dar lugar a la terminación del contrato con justa causa si así se establece dentro del reglamento interno de trabajo y el Código Sustantivo del Trabajo. De manera penal, pueden aplicarse sanciones por delitos como divulgación y empleo de documentos reservados, violación de reserva industrial o comercial y revelación de secretos, entre otros.