Un simulacro es una representación de situaciones que se asemejan a la realidad de un acontecimiento. Se trata de un ejercicio práctico donde se comprueba qué tan preparados o entrenados estamos para actuar correctamente ante una emergencia y evaluar la efectividad del plan de emergencias de la empresa.
Los simulacros nos permiten evaluar el plan de emergencia, los procedimientos y medidas establecidos, así como mejorar la comunicación entre todos los participantes. Además, nos ayudan a identificar puntos críticos y detectar fallas para implementar un plan de mejora. También evaluamos la habilidad de los trabajadores en el manejo de una emergencia y su coordinación para mitigar los riesgos.
Existen varios tipos de simulacros:
- Avisados, donde se informa con anticipación a los trabajadores sobre la fecha, hora y objetivo del simulacro.
- No avisados, donde los trabajadores no son informados y se realizan en cualquier momento.
- Específicos, que sirven para probar una parte del plan de emergencias o algún procedimiento en particular.
- Generales, diseñados para probar todo el plan de emergencia, incluyendo la notificación al personal, la evacuación, la atención y la recuperación.
Para una correcta ejecución de un simulacro, es necesario contar con los siguientes documentos antes de su realización:
- Plan de emergencias.
- Planes de contingencia.
- Protocolos.
- Procedimientos operativos.
- Capacitaciones.
Una vez definidos estos puntos, debemos planificar el simulacro de emergencias, programando la fecha y la hora, y preparando los recursos necesarios. Es importante recordar que, después de ejecutar el simulacro, se debe estructurar un informe con las conclusiones del ejercicio, acompañado del registro fotográfico correspondiente.