Dentro de la celebración de contratos, el código civil colombiano establece una clasificación de estos, estipulando dentro de esta los contratos aleatorios.
Entendamos en primera medida, que el contrato es un acuerdo de voluntades por el cual las partes que lo suscriben se obligan a dar, hacer o no hacer entre si recíprocamente, creando como resultado efectos jurídicos de naturaleza onerosa o gratuita, dependiendo de lo acordado entre las partes.
Ahora bien, explicado lo anterior cuando hacemos referencia a contratos “Aleatorios” podemos inferir, que aquellas obligaciones de dar, hacer o no hacer a las que se obligan las partes que suscriben el contrato están sujetas a lo que pudiera ocurrir a un hecho futuro permeable de la incertidumbre de un resultado, sin constituirse una condición.
En este orden de ideas el artículo 2282 del código Civil colombiano establece que los principales Contratos Aleatorios son el juego, la apuesta y la constitución de la renta vitalicia.
Frente al Juego y la apuesta el código civil establece que “no producen acción ni excepción (entiéndase acción aquella facultad que tiene una persona para accionar el aparato jurisdiccional, y excepción, aquella facultad que tiene una persona para contradecir) y el que gana no puede exigir pago, y si el que pierde paga, tiene, en todo caso, acción para repetir lo pagado”, así mismo se establece que se puede constituir dolo en la apuesta si “sabe de cierto que se ha de verificar o se ha verificado el hecho de que se trata”.
Para finalizar la constitución de renta vitalicia regulada por el artículo 2287 del código civil establece que este “es un contrato aleatorio en que una persona se obliga, a título oneroso, a pagar a otra una renta o pensión periódica, durante la vida de cualquiera de estas dos personas o de un tercero”.
