Los acuerdos de colaboración empresarial se diseñaron con el propósito de generar una competencia dinámica, basada en la innovación y la búsqueda de diferencias estratégicas para las empresas, lo cual genera mayor productividad para éstas y por ende prosperidad para los habitantes de una región determinada. Estos acuerdos tienen como objeto satisfacer las necesidades comunes o particulares de las empresas a través de la producción y comercialización de bienes o servicios, que se llevan a cabo de manera mancomunada para poder desarrollar estas actividades en mejor forma, esta colaboración entre empresas generalmente no implica la pérdida de autonomía jurídica y económica de ellas.
Estos acuerdos empresariales se dividen en dos grandes grupos, los contratos típicos y los contratos atípicos, estos últimos se pueden manifestar a través de diferentes instrumentos jurídicos conocidos normalmente. Adicionalmente, también se destaca que la mayoría de los contratos o acuerdos de colaboración no se encuentran en el derecho comercial. Pues así, podemos observar que en el primer grupo se encuentran los contratos como por ejemplo el de suministro, Unión temporal y Consorcio. En el segundo grupo a modo de ejemplo tenemos contratos como el de distribución, Alianza Estratégica, Leasing, Joint Venture, Alianza Comercial.
